lunes, 8 de enero de 2007

El caso Gerez y la opinión pública

Basta con que algunos sectores políticos salgan a hablar o que algún diario manifieste situaciones supuestas de las que no se hace cargo para que un tema quede instalado en la sociedad, y que luego se expanda como tópico central en todos los medios. Esto es lo que ha ocurrido en el último tiempo con la desaparición que hace unos días atrás sufrió Luís Gerez. Se ha dicho inexplicablemente que se trataba de toda una movida política por parte del Gobierno para demostrar su capacidad operativa, tras el duro golpe que significó la desaparición de Julio López, del cual no se sabe absolutamente nada a casi cuatro meses de su ausencia . Es decir, el presidente Kirchner habría inventado un secuestro, para luego montar una puesta en escena de la que luego salió victorioso. La justificación claro, es que Gerez milita en el kirchnerismo, y que además la rapidez para solucionar el asunto, sumado al discurso del presidente fueron los elementos necesarios para que el Gobierno llevara a cabo una jugada sucia, que permitiera olvidar lo acontecido con Julio López y le diera una mayor confianza a los testigos que declaran contra los violadores de los derechos humanos. El foco se ha corrido, la gente ya no habla de quién lo secuestró ni de por qué ocurrió, sino de cuáles son las pistas que nos permiten dudar acerca de las declaraciones de Gerez. Más allá de que se diga tan sueltamente que fue una movida por parte del kirchnerismo, como en un principio insinuó Luís Patti, lo cierto es que muy por el contrario, el caso de Gerez en realidad profundizó aún más la complicada situación que se vivió y sigue viviéndose con Julio López, con el agravamiento de que Luís Gerez habría sido torturado, por lo que no quedan muchas dudas acerca del motivo de estas desapariciones misteriosas. Por otra parte, más allá de que se opine que el oficialismo se adjudicó el crédito de haber solucionado el caso Gerez, lo cual es cierto, lo real es que hay muchísimas cosas que siguen sin resolverse y que se extienden en el tiempo. Por lo que es apresurado y muy arriesgado conjeturar que el Gobierno montó un show: Si así hubiese ocurrido, ¿no perdería legitimidad la política de derechos humanos tras la desaparición de un segundo testigo contra las torturas de la dictadura? ¿ No generaría una mayor desconfianza en la gente que no se pudieran encontrar a secuestradores que nunca habrían existido? ¿Los testigos estarán más seguros debido a la aparición rápida de Gerez o preocupados por la segunda desaparición en democracia? El caso de Luís Gerez se emparenta ineludiblemente con lo ocurrido con Julio López. Este es el primer obstáculo que debe ser superado, para luego encontrarse con que aún no se han encontrado ni el lugar ni a los encargados de secuestrar a Luís Gerez, y además con el hecho de que la política para defender a los testigos en los juicios contra aquellos que formaron parte del terrorismo de estado durante la dictadura, fue un fracaso, y provocó una mayor desconfianza en aquellos personas que con su testimonio buscan esclarecer los hechos y hacer justicia. Muchas cosas deberán resolverse, y en el menor tiempo posible, enfocándose en un hecho concreto y real: dos desapariciones ocurridas en democracia. Para ello se deberá avanzar con firmeza y sin complicidades con las fuerzas de seguridad, para que de esa forma no haya ningún obstáculo en el camino que pueda frenar el desarrollo de las investigaciones.
Federico Sánchez.

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